domingo, 24 de agosto de 2014

Fénix parte n.

Hay veces que el orgullo nos domina, en otras ocasiones, nosotros dominamos al orgullo, pero ¿qué pasa cuando hemos dominado tantas veces al orgullo, que ya no sabemos qué hacer? ¿Qué pasa cuando ese dominio del orgullo se tiene que volver cotidiano? 

Quien lo sepa, que lo explique por favor, pues es extraño tener que ser el "self control master" una y otra y otra vez. En fin.

Hace tiempo que no escribo nada por aquí y uno de mis propósitos fue no dejar morir este espacio catártico que tantas veces me ha servido para no explotar, o para tratar de hacer llegar mensajes a destinatarios que ni lo imaginan. Esta ocasión, no tengo un tema para escribir, no tengo una historia que contar, una conversación que imaginar. Simeplemente vengo aquí, quizá para no dejar morir (nuevamente) un blog que tantas veces me ha liberado, eso y la verdad es que estas últimas semanas he estado más incomunicado que monje tibetano. Ya saben, eso de ser consultor y estar involucrado en proyectos de los cuáles si yo contara algo, tendría que rastrear a mis lectores, encostalarlos y no dejarlos regresar a sus vidas cotidianas.

Anyway, aquí sigo dando lata, creo que pronto comenzaré a escribir todas esas conversaciones imaginarias que surgen en mi cabeza (no es que no hayan surgido, sólo es que cuando surgen, no me encuentro cerca de un dispositivo para poder plasmarlo aquí (no, ni siquiera un dispositivo en donde pueda guardar un archivo de texto) ), o algo de interés que quiera compartir en este pequeño espacio.

Sé que es complicado conservar a mis lectores habituales cuando ni siquiera yo pongo atención a este espacio, sólo espero que sigan ahí y de repente se den una vuelta para ver que todo siga en orden.

¡Cuídense y pórtense!