Las dualidades son encontradas de manera muy común, incluso, la simbología del ying y el yang representa dicha característica, representa fuerzas o elementos opuestos y complementarios que se encuentran en las cosas.
En las personas por ejemplo, siempre existe esa dualidad, la persona que se porta bien y es muy serio/seria en el trabajo, y en otros lugares es una persona desinhibida, completamente diferente a lo que la mayoría de la gente conoce, o al contrario, puede ser la persona más rebelde en frente de multitudes, pero a la hora de tratar de comunicarse uno a uno con alguien más, simplemente no puede.
Esto es precisamente por el concepto que mencioné anteriormente: el complemento de las cosas. Pensándolo desde un punto de vista muy abstracto, todo (o casi todo) tiene un complemento, y en muchas ocasiones es un complemento que representa el polo opuesto; el bien y el mal, frío y calor, entropía y equilibrio, hombre y mujer (no es que represente completamente lo opuesto, pero son complemento el uno del otro), en fin, muchas dualidades complementarias.
Lo interesante de esas dualidades, es saber equilibrarlas y poder crear una simbiosis entre ambas para tener un buen complemento entre ambas propiedades (por llamarlas de alguna manera), porque según los principios taoístas, existen algunas propiedades de estas dualidades, y una de ellas dicta que cada una de las partes de las dualidades puede transformarse en sus opuestos.
¿Que por qué escribo todo esto? Bueno, como mencioné, estas dualidades existen en muchas cosas, y quien me conoce sabe que soy tranquilo, sin embargo, quizá la otra parte de la dualidad (yo la denomino "El diablito") ya no esté tan de acuerdo en que no sea la parte principal de la dualidad, y me está gustando.
Cuídense y pórtense mal, para que me inviten.
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