miércoles, 29 de enero de 2014

El conejo en la luna. Parte 2.

- ¡Oye!
- ¿Huh? ¿Qué pasa?
- ¡La encontré!
- ¿Qué? ¿A quién?
- A "esa" persona.
- ¿Cuál? ¿De qué hablas?
- ¡El conejo en la luna!
- ¿El conejo en...? Aaaaahhh. Vaya, la encontraste.
- Y, ¿Quién es?
- ¡Es alguien maravillosa!
- Lo imagino. ¿Cómo fue que supiste que ella es la indicada?
- Pues, no es algo que te des cuenta de un instante a otro. Es algo que se va construyendo y que tienes que ir moldeando. ¿Sabes? No estaba seguro de que fuera ella, pero al tener esa sensación de alegría y bienestar al saber que ella es feliz, fue como me di cuenta que por ella me puedo convertir en el conejo de la luna.
- ¿No te estarás confundiendo?
- ¡No! Lo único que quiero es estar a su lado todo el tiempo, escuchar su risa y mirar su sonrisa, abrazarla y sentir que todo está bien, percibir su aroma, escucharla hablar, de lo que sea, hablarle y contarle lo que me pasa, decirle cuánto la quiero, ver sus ojos y perderme.
- Jeje, suena a que alguien está enamorado.
- ¿Se nota mucho?
- ¡Noooo! ¿Qué va? Solamente que creo que sí podrías ser el conejo en la luna por ella.
- ¿Huh? ¿Crees?
- Puede ser.
- Es que, al verla regresan a mi esas sensaciones que hace mucho no tenía. Emoción, alegría, mi cara cambia ¡tengo ganas de salir corriendo a su encuentro, abrazarla y transmitirle todo lo que me hace sentir! Y sí, definitivamente pordría dar lo que fuera por ella ¡todo! definitivamente encontré la persona de la que puedo ser el conejo de la luna.
- Pues la cara ya la tienes, cuando empezaste a hablar de ella te cambió el semblante y, la mayoría de las personas "ponen cara de borrego a medio morir", y tú la pusiste de conejo a punto de irse a la luna.
- ¿A la luna?
- ¿Pusiste aten...? Claro, cara de conejo y estás en la luna por ella. Sí, la has encontrado.
- ¿Cara de conejo?
- Olvídalo, jeje.
- ¡No, no! ¡Por favor dime por qué!

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